Este ciclo está dedicado a aquellos géneros cinematográficos que por lo general no se ven reflejados en los ciclos de cine-debate o cine arte, como por ejemplo, el cine clásico, el cine bizarro, la ciencia ficción, el cine negro, el erótico, el de terror, el spaghetti western, el blaxploitation, el anime, el cine clase 'b' en general y otros géneros. Dentro de estos subgéneros cinematográficos pueden encontrarse verdaderas joyas cinematográficas, como así también las peores películas de la historia; pero si hay algo que todas tienen en común es su garantía de diversión. Esperamos que lo disfruten.

Los Cínecos



PROGRAMACIÓN AÑO 2014

El Hombre Que Sería Rey

Jueves 23 de junio

Título original: "The Man Who Would Be King"

Dirección: John Huston
Intérpretes: Sean Connery, Michael Caine y Christopher Plummer, Saeed Jaffrey, Doghmi Larbi, Shakira Caine.
Guión: John Huston y Gladys Hill (Basado en una historia de Rudyard Kipling)
Fotografía: Oswald Morris
Música: Maurice Jarre
Producción: Columbia Pictures
País: Reino Unido / EE.UU.
Duración: 129 min.

"Película inolvidable, cumbre del espíritu aventurero del director, y una nueva incursión en el terreno de los personajes perdedores y desengañados que se alimentan de ilusiones y de dignidad (...) Todo ello envuelto en unas imágenes bellísimas y un ritmo narrativo apabullante." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)

Estamos sin duda ante uno de los films de aventuras más bellos, mejor dirigidos y entretenidos de todos los tiempos.


The Man Who Would Be King (El Hombre que Pudo Reinar, 1975) es la última gran película de aventuras clásica que se ha hecho. Un director a la vieja usanza (el gran John Huston), unos actores inmensos con unas interpretaciones inconmensurables (el trío Connery-Caine-Plummer), una puesta en escena grandiosa, un score apabullante y exótico (Maurice Jarre) y un guión a la altura de tamaño desafío.

Tras un brillante y magnífico prólogo, digno de mencionar como objeto de estudio para muchos de esos que dicen llamarse directores, Huston pasa a contarnos la historia de Danny Dravot (Connery) y Peachy (Caine) son dos ex suboficiales británicos que se ganan la vida por la India mediante la picaresca y el timo, rozando la ilegalidad (más bien cruzándola). En una de sus peripecias conocen a Kipling, a quien Peachy roba su reloj en una estación del tren, y al que acabará devolviéndoselo al descubrir que se trata de un masón (como Danny y Peachy).

Con la ambición de hacer fortuna, deciden internarse en las montañas, rumbo a Kafiristán, tras pactar mediante escrito ("... firmado por ti y por mí a día de hoy" - Peachy), y en presencia de Kipling, que no tomarán mujer alguna ni probarán alcohol alguno hasta no conseguir ser reyes de Kafiristán.

Pero el destino de ambos personajes está escrito, en un gran, brillante y magistral desenlace, el colofón a una bella y magnífica aventura por la que el paso el tiempo no ha hecho mella alguna., y cuya revisitación provoca humor, alegría y divertimento, además de una gran perplejidad y asombro por la gran puesta en escena y su brillante realización (sin ningún efecto especial o escenas de gran violencia como reclamo o gancho). Y todo ello sin olvidarnos del simple espectáculo que provoca ver al dúo Connery-Caine en acción, impagable.

La película se rodó en 1975, y como dijo el propio Huston, gracias a la tenacidad y compromiso de sus actores, Sean Connery y Michael Caine. Pero la historia de The Man Who Would Be King tiene tiempo, mucho tiempo.

John Huston había acariciado éste proyecto desde dos décadas atrás a 1975, y tanteado inicialmente a Humphrey Bogart y Clark Gable para interpretar a este par de buscavidas británicos como primera opción. Finalmente, fue imposible llevarlo a cabo por fallecimiento de ambos actores.

Pasó el tiempo y desfilaron otras alternativas, como el dúo Burt Lancaster y Kirk Douglas o Paul Newman y Robert Redford, con recomendación final de Newman sobre un par de actores británicos para el papel. Huston la encontraría en Sean Connery y Michael Caine.

El compromiso de ambos actores fue fundamental para realizar la película, ya que Connery y Caine estaban inmersos en otros rodajes por aquella época (Murder in the Orient Express y The Wind and The Lion el primero, y Peeper, The Black Windmill y The Marseille Contract entre otras tantas, el segundo). Y fue su tenacidad, en palabras del propio Houston, la que permitió que el proyecto germinase al fin.

Sean Connery y Michael Caine nacieron para hacer estos papeles. La química entre ambos es maravillosa, parece como si se conociesen de toda la vida, y es increíble que jamás hayan vuelto a coincidir en pantalla en ninguna película.

Algunas noches, Connery y Caine ensayaban los diálogos del día siguiente, y gran parte del equipo técnico y del reparto se reunía (atónito y maravillado) alrededor para observar la puesta en escena de estos dos genios. Era todo un espectáculo, arte puro y duro, improvisando incluso algunas escenas que no estaban ni en el guión.

La historia se basa en un pequeño relato de Rudyard Kipling, aunque, como le dijo Houston a Michael Caine el día que le ofreció el papel, tuvieron que alargarlo con partes de otros relatos de Kipling para poder hacer la película.

Michael Caine siempre recuerda en sus memorias el día que recibió la llamada de John Huston para ofrecerle The Man Who Would Be King. Incrédulo y anonadado por la llamada de tamaña celebridad, el sí fue rotundo e inmediato, aunque eso sí, le hizo una petición a Houston; interpretar al personaje que hubiese hecho Humphrey Bogart.

Desde ese día hasta la muerte de John Huston, Michael Caine se convertiría en un gran amigo del director, repitiendo con él en Escape to Victory (1981, Evasión o Victoria), donde el score de Bill Conti es un auténtico lujo.

En pleno rodaje, además, por si no fueran pocas las coincidencias, la mujer de Michael Caine, la bella india Shakira, interpreta a Roxanne, una bella mujer de la que el personaje de Connery se enamora perdidamente.

Y qué decir del gran Christopher Plummer, cuyo papel (el de un joven Kipling), aunque pequeño y breve, es otro gran destello de calidad dentro de la película, con una interpretación sutil y precisa, dejando impronta de la calidad que atesora este gran actor.

Y entre el reparto, destacar al hindú Saeed Jaffrey (A Passage to India, Gandhi) en el papel del leal servidor Billy Fish, un gurka que les servirá como traductor durante sus aventuras. Y como anécdota, la película posee al actor más viejo jamás filmado, un anciano de 103 años que se dormía en los rodajes y que interpretaba al Sumo Sacerdote.

Todo funciona en ésta película, sin resquicio alguno. La historia, la dirección, el guión (a medias entre el gran John Huston y su habitual Gladys Hill, con muchos detalles y frases realmente ingeniosas), las actuaciones, la puesta en escena y dirección artística (esos bellos paisajes de Marruecos), los maquillajes, el vestuario, la banda sonora, la fotografía,... todo.

The Man Who Would Be King no sólo es la última gran película de aventuras clásicas que se ha hecho, sino tal vez también la mejor película de aventuras clásicas que se ha realizado en la historia del cine. Una obra maestra absoluta.

Gran parte de la información fue extraída sin spoilers de BSOSpirit http://www.bsospirit.com/comentarios/manwhowouldbeking.php)

Obtuvo 4 nominaciones al Oscar: Mejor guión adaptado, Montaje, Vestuario, y Dirección artística.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Y ni qué decir de la partitura musical con la cual finaliza esta maravillosa película. Verdadermente sublime.